miércoles, 16 de enero de 2008

vida rutinaria v/s vida "vida"


Toda la vida lo mismo, siempre haciendo cosas que se transforman en rutina. Por más que uno empiece las actividades con fundamentos altruistas y llenos de vitalidad, de forma única, igual se cae a lo mismo.

No hay que ser adivino ni tener más de 2 dedos de frente para darse cuenta de ello, solo hay que parar un rato y ver la vida de la forma más cercana a la verdad.

Esto de realizar actividades y hacer cosas, si bien nosotros decidimos qué cosas hacer, estás son elegidas dentro de un ramillete de opciones que la misma sociedad te presenta. Suena frío y feo, porque con esta frase mato el dilema del destino o el libre albedrío como dogma principal, estoy diciendo que la sociedad es superior al huevo o la gallina.

Pese a ello, no hay que mirar a la sociedad como algo malo, si es natural su existencia. El ser humano es sociable y su vida en comunidad favorece el desarrollo de uno y cada uno de nosotros y que las cosas sean más fáciles, y mientras más somos cada uno debe cumplir con un rol para que este medio que nos otorga una vida más llevadera siga existiendo. Tan así, tan inconciente está este dilema que asumimos como axioma el hecho que el hombre el que debe administrar la sociedad conyugal, que las niñas se deben comportar de tal manera desde chiquititas (por eso no se cuestionan el porqué deben depilarse y cosas así, aunque por una cuestión social en mi forma de gusto, se agradece), y por último ejemplo, que la mujer actúe tan preocupada y pendiente de sus hijos, lo que comúnmente llamamos “instinto de madre”, pero uno se da cuenta que las cosas no son tan así. Si la persona que “viola” una de estas reglas sociales impuestas es sancionada como una persona con problemas siquiátricas.

Yo, como ser inserto en la sociedad, digo que la persona que las incumple es una persona loca. Más si lo miro con un poco de altura de miras, ella está en su derecho de incumplirlas. Desde un punto de vista moral, si daña a terceros esta persona para mi, su actitud es reprochable.

Esto de seguir reglas y padrones, no me gusta mucho. Por eso a los más cercanos y que hemos tenido la oportunidad de hablar de temas profundos y trascendentes, les he dicho que considero la forma de vida que uno debe tener, es la de un juego. La sociedad es el tablero y es la misma sociedad que puso las normas del juego. Somos simples peones que debemos llegar a la meta. Si jugamos de la mejor manera posible con las opciones que la sociedad nos ofrece, podremos lograr cosas grandes, y llegar a viejos felices pensando que logre lo que quería dentro del marco de opciones.

Que mejor forma de reafirmar que las frases típicas que dicen los abuelos que les gustaría volver a ser joven, ser un niño para sentirse vivos y realizar las cosas de una forma distinta a la forma que la hicieron.

¿Qué fin tiene la vida? Si bien, es una pregunta filosófica que ni Nietzsche pudo responder. Solo diré, que dentro de mi premisa, el fin que tiene la vida de las personas, dentro de las opciones existentes, es lograr tomar las mejores decisiones y obtener la mejor de las metas trazable.

Recomendaciones para este juego: a todos nosotros, los participantes de este juego de multijugadores, no confundir la vida que se tiene dentro de la sociedad con el verdadero, con la vida del que esta (y tiene) que jugar. Cuando logres diferencias estas “vidas paralelas”, por llamarla de alguna manera, te darás cuenta que la vida que has creído que era la real, es rutinario.

Aprende a jugar y verás que tú harás que esto no sea rutinario, es más, lograras más que siguiendo las normas impuestas.

Que mejor fin que lograr lo que deseas.