
Bien es sabido que al pasar de los años, la historia va entregando sabiduría a los hombres. Antes, el hombre medieval atribuía todo acontecer natural al ánimo de los dioses; dándose cuenta en años venideros que no era así. Un hecho más claro es la diferencia insensata que sufrieron nuestros hermanos de piel más oscura, con el mal llamado racismo. Tema que se superó paulatinamente desde la guerra de secesión en EEUU a fines de la década del siglo XIX hasta un par de décadas atrás.
Lamentablemente en nuestra sociedad, sigue pasando algo que es inconcebible para nuestra época y desarrollo, algo totalmente anacrónico, que es la discriminación. Con este artículo me quiero enfocar a la discriminación por el empleo que uno se desempeña. En Canadá, cuando entra al banco el que recoge la basura, todo pasado al hedor que expela ella y con barro en las botas, es bien mirado debido a que es una persona esforzada y que trabaja. Aquí en Chile, país en vías de desarrollo para los optimistas, no se ve cosa similar. Esta discriminación no solo se refleja con el maltrato verbal o abuso de poder, como es el exceder las horas de trabajo o tan solo pagando un “moco” por tan ardua labor; sino también haciendo diferencias tan ínfimas que calan lentamente el alma de cualquier persona.
Llamó la atención al alto mando de toda institución, porque varias veces no saben que es lo que pasa a nivel de empleados. Creo fielmente que debe ser así en el
caso de nuestra casa de estudios, en el que el personal de aseo tiene prohibido ocupar los ascensores del edificio CIB por el simple hecho, o excusa barata, de que puede toparse funcionario de aseo alguno con una celebridad o una gran personalidad, tanto del cuerpo médico como de los centros de justicia de nuestro país.
Quiero dejar en claro que no es solamente nuestra casa de estudio que incurre en estas prácticas, sino otras de carácter cristiana también. Investigando pude ser informado de despidos del personal de aseo en una universidad por el solo hecho de que se pusieron a conversar con un estudiante de esa casa de estudios.
Esta discriminación no refleja los principios que tiene nuestra universidad, y reitero, estoy convencido de que el alto mando de esta institución no esta informada de esta irregularidad, y espero que esta inmoralidad y ataque a la dignidad humana sea remediada, porque se esta pasando a llevar el principio de igualdad que inspira nuestro ordenamiento jurídico, como lo señala el articulo primero de la Constitución de la República “Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos.”, articulo 19, numero 2 “La igualdad ante la ley. En Chile no hay persona ni grupo privilegiados”, como también en el código civil en el articulo 55 “Son personas todos los individuos de la especie humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición”, entre otros.
Solo haciendo público estas situaciones contribuimos con un granito de arena a mejorar este mundo y vivir en armonía.
2 comentarios:
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hola estimado hermanoide XD
bueno hablando enserio..
me da gusto haber leido esta vison tuya asia la personas descriminadas.. eso me da rabia de que traten como el "froo" alas personas que son mas esforzadas.. y las que no hacen "nada" .. las tienen como los "mejores... no deverian existir ese tipo de personas.. flojas y discriminadoras.. eso es mi opinion ... te deceo lo mejor
bye..
pase por mi blog.. tau
Wenas Finschi!
Qué brígido lo del edificio CIB, no tenía idea, eso si yo siempre cuando toi en el ascensor y viene alguien con un carrito de limpieza lo invito subirse... y lo seguiré haciendo, OBVIO.
Con estas actitudes tontas los que más pierden no son los aseadores (que a lo más van a terminar con las piernas musculosas), sino las "celebridades" de la U. que se privan así de conocer la verdadera Riqueza, que solo posee la gente sencilla.
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